1900
La Voz de Spurgeon

Es una verdadera lástima que los discos, CD's, grabadoras, y sistemas de audio no hubiesen sido inventados oportunamente para poder grabar la voz del Príncipe de los Predicadores. Nos vemos forzados, entonces, a apoyarnos en el testimonio de parientes de las personas que "escucharon" a Spurgeon; también hemos de consultar pasajes descriptivos en las correspondientes biografías del predicador, para poder formarnos una idea de la maravillosa voz que Dios le concedió.

El doctor William Young Fullerton, (uno de sus primeros y más notables biógrafos) describe la voz de Spurgeon como "la más espléndida y meliflua voz desde los tiempos de Crisóstomo". Sir Charles Owen la describió como la voz de "un tenor alto y claro" y la comparaba con la voz del notable tenor inglés Sims Reeves: "Spurgeon, vocalmente, era el Sims Reeves del púlpito anglófono; un ejemplo vivo del dominio perfecto de la voz."

La era victoriana en Inglaterra era muy rica en materia de voces hermosas. Había grandes cantantes como Adelina Patti, Madam Melba y Jenny Lind. Había oradores como Gladstone y John Bright. Había otros grandes predicadores tales como el doctor Parker y el Canónigo Henry Liddon. Con espíritu cristiano, todos estos "gigantes del púlpito" declaraban que la voz de Spurgeon era insuperable, y afirmaban que era "dulce, resonante y entonada." En un momento podía ser tan suave como el arrullo de una madre, y en otro momento resonaba con toda la claridad de un clarín que llamaba a las armas a las tropas de caballería.

Cuando predicó en el Palacio de Cristal a una multitud superior a las 20,000 personas, el señor Spurgeon fue capaz de dar una instrucción al organista que se veía como un diminuto puntito negro al fondo del gran salón.

La única vez que su voz falló (aparte de cuando estaba enfermo) fue cuando Spurgeon estaba dominado por la emoción. En una ocasión la señora Spurgeon pensó que su esposo moriría cuando estaba ensalzando al Salvador utilizando el texto "Será su nombre para siempre". Sólo pudo terminar su sermón con acentos entrecortados y jadeantes, y, sin poder hablar y agotado, se sentó en su silla junto al púlpito.

Tal vez la más común descripción de su voz es que era como "una campana de plata". La campana nunca abandonó su voz hasta un año antes de su muerte en Francia. Su súplica apasionada fue entonces: "óiganme todos los que puedan, mientras pueda ser oído."

Una famosa escuela privada británica tiene como lema: "los modales hacen al hombre". El doctor Parker cambió ese lema a "la voz es el hombre" a la luz de su gran contemporáneo, Charles Haddon Spurgeon. La voz revela muy bien el carácter. Una voz suave significa una naturaleza tranquila y calmada. Una voz estridente y gritona revela una naturaleza grosera. La nota clave de la voz de Spurgeon era la sinceridad. Él era de corazón sincero y era transparentemente honesto en su conversación. No había nada afectado o artificial en cuanto a su voz o a su carácter. Era una voz eminentemente apropiada para la predicación al aire libre, y Spurgeon se involucraba mucho en ese tipo de predicación, especialmente al inicio de su ministerio.



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