En el año de 1867, mientras el edificio del Tabernáculo Metropolitano estaba siendo reparado, la iglesia se congregó durante cinco domingos en un salón muy grande, llamado ‘the Agricultural Hall’, ubicado en Islington. El número de asistentes a esas predicaciones nunca fue inferior a las 20,000 personas, y, lo que fue mejor, el Espíritu Santo infundió vida y poder a la palabra del pastor Spurgeon.